“Los diarios de Emilio Renzi. Los años felices” de Ricardo Piglia

9788433998187Hace unos meses apareció el segundo volumen de Los diarios de Emilio Renzi. Subtitulado Los años felices, cubre el periodo de 1968 a 1975. Ante todo, aquel subtítulo puede resultar un distractor si se lee literalmente. Son los años felices quizás porque, vistos a la distancia, son aquellos en los que se dedicó exclusivamente a ser un escritor: “Para mí escribir quiere decir ‘estar financiado’”, afirma en 1969. A lo largo del texto, se comprueba que Piglia logró vivir (con aprietos económicos y algunos malabares) de su oficio de escritor y editor. Lo cierto es que no hay momentos de felicidad aparentes, sino el recuento de su vida de escritor a tiempo completo. Inclusive cuando sale a luz su libro de cuentos Nombre falso empieza por encontrarlo deslucido y experimenta todas las inseguridades típicas del escritor. “Solo conozco la felicidad retrospectivamente”, escribe en 1975, en las páginas finales de este volumen. He allí el sentido del subtítulo.

La estructura es similar a la del volumen previo, Años de formación, con la diferencia de que ahora existe una mayor consciencia del escritor. El diario recoge varias líneas narrativas y reflexivas que se identifican con series, lo cual constituye una forma de ordenar materiales que parecerían textos mostrencos en conjunto. Piglia acumula reflexiones en torno a sus amistades, su vida, lecturas y películas. Ante sus vivencias, siempre prima la mirada literaria, diseccionadora, de los hechos, de los perfiles de las personas que lo rodean. La mayoría son escritores o intelectuales: los nombres más constantes son David Viñas y Manuel Puig. El primero constituye un modelo de homme-plume, mientras que Puig queda retratado como el escritor inquieto, viajero y dispuesto a comerse el mundo. Por eso su contacto con ambos se desarrolla con marchas y contramarchas: sabe que no puede ser Puig, a ratos lo admira y en otros se espanta; le sorprende la energía de Viñas, aunque también le enervan a veces sus actitudes.

Todos estos personajes interactúan con Piglia en una Buenos Aires omnipresente en los diarios. Este segundo volumen intensifica una sensación que ya se encontraba en el primero: la del escritor flanêur que camina por la ciudad, visita oficinas, se reúne en cafés, participa en cenas, sale a los garitos nocturnos, va a hacer gestiones, se muda, corrige pruebas, da conferencias, etc. Los acontecimientos se suceden a su alrededor: el inicio de la guerra sucia en Argentina (en vísperas a la dictadura) o hasta un hecho como el suicidio de José María Arguedas, que le genera una reflexión sobre la camarilla que era el Boom (“Su muerte es una metáfora del escritor latinoamericano oculto, no revelado, subterráneo y opuesto a las marquesinas del boom”).

Finalmente, Los diarios de Emilio Renzi nos ofrecen un fantástico de efecto de simultaneidad: la escritura en intervalos provoca que el diario se esté gestando mientras lo leemos. Aquellas páginas escritas hace más de cuarenta años se actualizan y dejan de ser fósiles. Entre comentarios sobre Respiración artificial y sus esfuerzos con Plata quemada, Piglia nos da la clave de su propia obra, en una nota escrita en 1970: “Todos nosotros nacemos en Roberto Arlt: el primero que consiga engancharlo con Borges habrá triunfado”. Eso fue precisamente lo que hizo él, de allí su originalidad: supo conjugar la mirada intelectual, la metafísica, el vigor ensayístico, con la cultura popular del compadrito, el lumpen y su lenguaje.

Autor: orodeindias

Disce, puer, uirtutem ex me uerumque laborem, fortuna ex aliis

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